Y de pronto decidí abrazar tu espalda dormida, y mis brazos huyeron de los tuyos confundidos...y en su huida se encontraron con tus manos que mezclaron sus dedos con los míos.
Hazme huir en tus brazos, que del olvido, a morir llego, si no es con tus besos, y si no es con tus labios. Hazme morir de ti, que de tu ausencia desespero, si no es con tus ojos, y si no es con tus manos. Hazme reír en tus labios, que de no tenerte, sólo a vivir llego, si contigo morir puedo.
Su belleza de cristal en dulce melodía que de acariciar sentía sobre la mía sin desprecio ni agonía de relumbrante brillo y sobre sus manos que en sobremesa abrían entre desnudos y altivos presentes compartidos
...lo expresas con tanto detalle que casi se puede sentir ...
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