Cuchillos
Pues bien, tú ganas. Recoge el premio tú, que a mí me sabe amargo. Mientras, yo buscaré mi empatía por algún rincón, intentando que tu chantaje no me salpique. Seguiré siendo yo, pero ojalá te viera venir de lejos para cubrirme la espalda de cuchillos.