Presente Contingente

Sueños de saltos, de voces y sonrisas, sueños de canciones y melodías, sueños de sabores entre olores, sueños de miradas y de labios. Sueño que voláis que llegáis y que cumplís. Sueño que reís porque lo tenéis, que lloráis mientras bailáis. Sueño que vivís porque soñáis. Miles de sueños que sentís, que tenéis y que buscáis, yo sueño lo que soñáis para sentir, yo vivo para soñar sentir como vosotros, yo lloro por soñar.

Cuando el deseo se convierte en futuro y lo inalcanzable en imposible. Cuando las palabras flotan y no escuchan y se llevan lo poco que queda. Cuando me muevo y apareces callada y te llevas lo poco que tengo, con lo poco que soy. Cuando apareces, todos duermen y yo, solo, siento.

De la sangre que he bebido, brotan lágrimas enturbiadas de negro. De los largos caminos, nacen confusos colores que brillan de noche. De las letras, surgen limadas sonrisas que resbalan en silencio. Del sentido, se acaricia un suspiro que se muere en presente. Y de un instante, del azul al paraíso y vuelta al rojo, donde nací, donde viví, donde estoy.

En esto va a consistir sobrevivir, en aprender a mentirme cuando se acerquen a ti, en olvidar recordar y en no pensar. En mirarme de un lado sobre mí y desde ti. En encontrar el modo de no mirar, en soñar sin despertar.

Quién sabe lo que te diría si del silencio surgiera una mínima guía, que me aletargara de mis pequeños pasos. Pasos de esos que yo mismo he fabricado, con mis daños y mis canciones. Canciones que saldrían sin saber si servirían, si dolerían o si morirían. De esas que se agotan en suspiros cuando tú me hablas, de esas que se olvidan con tu voz y que cambian de significado en el pasado. Quién sabe lo que cantaría si del silencio muriera el sentimiento, que de los sueños me roban ilusiones. De esas que conmigo pero contigo provocan lágrimas de recuerdos, de esas que saldrían sin saber si servirían, si dolerían o si morirían.

He pasado fugazmente, otra vez, rozándolo,...entre mis manos y me he quedado sonriendo sin decir nada, para sentir,...y he cerrado los ojos para vivirlo mejor y para recordarlo todo como aquel momento, para que borre el dolor que habrá de venir, para que me inunde todo.

Pequeños, lejanos, sin sabores ni olores, como rozando la superficie lisa y endurecida que maquilla el veneno. Grandes, envidiados, afortunados de mil colores, de inmensa belleza, añorados, alejados y amados, unos oyen y otros ven y no saben unos viven y otros sólo respiran unos sangran y otros duermen.

El camino serpentea, liso y brillante con una luz que rehúye el frío que choca en mis brazos. Ahora la rutina se difumina entre el baile de mis piernas y la respiración acelerada a través de los kilómetros, y mientras tarareo una canción que se repite en mis oídos. Y entretanto el mar me saluda de azul diamante y me devuelve con su brisa a las espaldas de mis recuerdos, donde descansan las esperanzas, donde reviven los deseos.

Un placer. Gracias a todos

Solo tú, en el silencio que ensordece mis lágrimas y en el suspiro que genera tu ausencia. No encuentro caminos sino el que llegue a las palabras de tus labios. No hallo razones,sino tú, que banalizas mi presente en soledad. Y aunque clame al viento y al mar, tu huída me encarcela hasta que de esperanza muera.

Mi vida por ello, todo, por salir y no buscar sino encontrar, por vivir y no preguntar sino sentir, por volver a mirar desde allí, por huír de mí hacia ti

De cuando el suspiro se hace irreal en tus ojos. De las palabras sordas entretejidas en sonrisas mientras hablas. De entre el arte de morir de pie, tu dulzura, y tú sin saber. Entre somnoliento y aburrido una lágrima cae, sin final, entre tus ojos, que no saben, que huyen y van, y los míos que duermen y mueren o van. Alguien dijo, no llamar al dolor, pero todos lo envidian, y un día me dije, tengo que marchar y no escuchar, porque yo sé el final y estas letras las he visto pasar.

Sé qué es pero no ando buscando sino paralizado, por temor a un silencio mayor, a un día que no llegue nunca lo que pido. Lo sé, desde que el final empezó, pero no ando dudando sino tendido, por temor a un dolor mayor, a un día que no llegue. Sé dónde quiero ir pero no ando sino que muero, por miedo a vivir paralizado. Y mientras tanto me consuelo recordando.

Un tren, un libro y los paisajes correr, y al final del trayecto, una mirada, una sonrisa y un tesoro. Aquél día, un abrazo, una vida, un recuerdo. Un beso, mil caricias, tres años, tres vidas y al final del trayecto, un hueco, la nada y un silencio. Aquél día, un abrazo, mil lágrimas, un adiós. En mi memoria, una sonrisa, Allí, una vida

Detrás del grito se encuentra algo peor, sí, eso les diría, no habrá nada, aunque no quieras escuchar, allí estará, bajo sus pies y entre la gente, paciente esperará, eso les diría, porque es la realidad y bajo sus pies estará. Camuflado y entre sonrisas, allí aparecerá el silencio, sin tiempo a reaccionar, eso les diría, y no habrá otra solución, no, sino esperar y cantar, porque paciente esperará, porque es la realidad, sí allí estará, bajo tus pies, es lo único que sé, aunque no quieras mirar, porque es la realidad, sí, y vendrá sin tiempo a reaccionar.

Bien pudiera haberte huído de mis ojos pero no de mis palabras. Quién de todos hacia ti no volvería su mirada Quién no se arrodillara y sucumbiera ante tamaña belleza Quién no muriera por no acercarse Quién viviera sin tu presencia

Aunque cierre los ojos, sigues estando allí, preciosa, entre la gente, mientras me recojo con recuerdos de lluvia, buscando cómo descansar de deseo.

Hay miles de colores, sonrisas y olores. Escondidos entre palabras se silencian mil deseos con sus ojos. Entre banalidades se dibujan sus pequeños labios, que hablan sin pensar en encontrarse con los míos, que cantan al hablar en pequeños susurros y que me hacen temblar en su presencia. Una palabra y una sonrisa. Un gesto, un deseo. Una mirada, un mundo.

Resbala en mi sangre una dulce caricia que recorre todo mi cuerpo y que recojo con mis manos cuando despierto. Se ahoga un suspiro que se vuelve a mis pulmones para esperar completarse con un beso. Se apagan los golpes en mi pecho que yace sobre el suelo de espaldas al cielo. Se nubla lo terrible y cae la luna nueva con una lluvia fina que limpia el barro de mis párpados. Se callan los pájaros para escuchar una melodía que acompaña la brisa. Resuenan las canciones más bellas jamás tan bien interpretadas. Y al final llega la noche suave, fresca, y yazco anestesiado por las estrellas.

Bajan las luces y se encienden miles de palabras que bailan entre mi pasado al son del dolor, la mentira y el amor; y no dejo de escuchar las mismas lágrimas que ahora se convierten en sonrisas hechas canción, dentro de una voz que me llama a un camino desconocido donde lo terrible se torna bello, donde se sonríe con las heridas, donde el dolor se hace canción.

Podría caer en cualquier momento, y conmigo muchos otros, todos, os dejaré que caigáis conmigo, y no tendréis nada y no podréis reír pero tampoco llorar. Ese será mi castillo en el que nadie podrá entrar a mirar porque ya será demasiado tarde, porque ya habré vuelto al principio y ya no estaré, porque todo lo que me quisisteis decir ya no valdría y porque sin uno, ahora es mejor.

Puedo sentirlo, tocarlo y oírlo...casi puedo olerlo todo,tan real como ayer, tan pronto como ahora, me duermo, en tu pelo, con tu mano en la mía y mi cuerpo sobre el tuyo mientras duermes. Y me despierto y allí pudiera morir sin nada más, contigo, sólo contigo, porque eso bastaría, un instante con tu pelo, tu mano y tu cuerpo, tú dormida y yo despierto, eso bastaría; y en silencio, un te quiero, aunque tú no escucharas, con eso bastaría, con tu pelo, con tus manos, con tu cuerpo, allí moriría sin nada más, contigo, sólo contigo, porque eso bastaría, porque todo lo cambiaría aunque tú no escucharas, porque por estar contigo moriría y eso bastaría.

Cógeme de la mano y llévame hacia donde nadie pueda encontrarnos donde podamos mirarnos sin decirnos nada durante horas para luego besarnos. Llévame donde nada ni nadie importe sino nosotros, donde sólo existan abrazos y sonrisas, donde nadie pueda escuchar nuestros besos, donde nos olvidemos de vivir. Enséñame cómo ir allí donde siempre quise estar, dime cómo puedo llegar a no querer olvidar, dime cómo te puedo amar sin tener que llorar.

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"Ya es hora de entrar, así que deja de sentir y céntrate en morir" Y yo lo oí y no paraba de repetir: ¿Por qué tanta prisa por vivir? Así que me dispuse a obedecer pero no me atreví y corrí corrí y corrí. ¿Querrás tu decir cómo lo haces para sobrevivir? "Ya es hora de morir, así que olvídate de sentir y céntrate en vivir" Y yo lo vi y no paraba de repetir: ¿Por qué hay tanta prisa por olvidar?Así que me dispuse a recordar pero no me atreví y lloré, lloré y lloré. "Es momento de partir, así que deja de hablar y céntrate en morir" y yo me lo repetí y no paraba de gritar: ¿Cómo lo hacéis para seguir? Así que me rendí y morí, morí y morí

Le dijo: " Ven cuando quieras, pero yo no estaré" Y le dejó sus recuerdos dentro de cajas de cartón, mientras intentaba olvidar que le olvidabas Un día dijo; "ama pero sin necesitar" Y pasaron los días hasta que volvió, pero no avisó, y se lo dijo una vez se fue Otro día dijo: "Quizás vuelva, y si no estás me fastidiaré" Y el lunes le mandó un abrazo en lugar de un beso y me voy a la cama y pienso : "algún día podré vivir con eso"

Te oigo pasar de vez en cuando mientras una luz brilla delante de mí en forma de dos círculos azules que, de vez en cuando, aciertan a recordar lo que un dia fui entre copa y copa, aunque ahora les resulto extraño, ¿me reconocéis? No lo sé. Ya hace tiempo que no te veo de cerca pero sigues igual, con el mismo dolor en tus ojos, con la misma bella tristeza, pero no me escuchas, y te resulto extraño, ¿me reconoces? Tal vez. Casi he podido tocarte la mano, pero me he conformado con mirar cómo evitas encontrarte con lo que una vez quisiste y no pudiste y que ahora piensas en cómo hubiera sido, como yo, pero me resulta un tanto extraño, ¿te reconozco? No lo sé Y ahora marcho sin despedirme, sabiendo que he pasado por tus recuerdos y que mañana tal vez me recuerdes por lo que pude haber sido y que jamás seré, ¿te reconoces? Ojalá que no. Te quiero sin conocerte.

Es hora de callar algunas letras y hacer sonar otras más claras, es hora de huír de la empatía y de cerraros los ojos. Mañana volveré a pasar por aquí y espero que no estés es hora de llamar a la cordura y de abrirte por la mitad. Perdón por no entender que no quieras mirar, por estar esperando un final que no empieza, por cerrar una puerta por la que no entra aire ni luz.