Dicen
Lejos es mejor, dicen; lejos de respirarte y de vivirte, de tocarte y de sentirte. Lejos de lo que he escrito dentro de mí, dejándolo todo de lado, por mi propio camino, mirándome los pies, como un desconocido, conmigo mismo esperando despertar y entender, y andar. Como si no nos hubiéramos besado, como si no nos hubiéramos querido, como si todo hubiera sido una ilusión, como si fuera yo capaz de poder entender como si este peso y estas lágrimas no tuvieran sentido siendo tan reales.