Promesas

Vale,
prometo acostumbrarme,
después de todo no me queda otra opción.
Recogeré mis halagos
y los guardaré en el cajón,
aquel en el que dejo las cosas importantes,
por si acaso me da un día por necesitarlos.
Los cogeré para callármelos a mí mismo,
cuando piense en ti.
Vale,
prometo no pensar tanto en ti
y guardarme tus besos en el mismo cajón,
el de los halagos.
Prometo olvidarte (de vez en cuando)
y cerrar los ojos
para ver si desapareces de una vez,
aunque sea de noche,
aunque sea con vino,
o con orgasmos.
Vale,
prometo no volver a soñarte,
pero por si apareces,
haz como si no me hubieras visto,
como cuando estoy despierto,
y haz como si me creyeras
como ahora,
cuando escribo.

Comentarios

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Hazme morir de ti

Presentes compartidos