Como en los sueños

A veces pienso en ti en voz baja

y empiezo a recorrer mentalmente las calles

por donde andábamos.

Todavía recuerdo algún que otro sueño

de esos que te contaba y que nos sacaba una sonrisa tonta

como si de verdad fuera a ocurrir.

Sin rumbo fijo (como ahora)

y a veces tropezando con la gente (como siempre),

a nosotros lo que nos gustaba en realidad era el vino, o el café,

pero siempre acabábamos rodeados de libros y de música

o en alguna tienda de chucherías,

hablando de nuestros sueños

para ver si se cumplían,

y viajábamos de la mano donde queríamos

pero siempre lejos de la realidad y de la gente,

para ver si nos lo creíamos

y hablábamos de estar juntos para siempre

como si fuera a ocurrir,

porque éramos especiales,

pero en el fondo sabíamos que era mentira,

como los sueños,

pero nos lo creíamos,

como en los sueños.

Y ahora no sé dónde estás (aunque a veces te sueñe)

y tampoco si sigues soñando lo mismo,

aunque sea sin vino,

pero no importa porque yo tampoco sé dónde estoy (casi siempre)

y porque aunque sueñe contigo sé que en el fondo es mentira,

aunque sea con vino,

como en los sueños,

y aunque ya no estés conmigo,

yo no me lo creeré,

como en los sueños.

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