Tu nombre

Ayer mismo casi escribí tu nombre

con tinta invisible sobre mi muro,

ese que tú misma has construido,

y que hace tiempo ya escalaste,

ese que yo mismo destruí en pedazos

mientras me besabas

y que ahora luce a gran altura

adornado con trocitos de ayer,

como si fueran pequeños diamantes brillantes,

que a la gente hace parar y contemplar

y que los detiene a todos, gustosos a tocar

sin saber que están manchados de mis lágrimas.

Hoy casi escribo tu nombre,

pero a la primera letra me he acordado,

que ya no me querías

mientras el pulso contenía.

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