De mí

De mi propio centro, de mi sangre y de mí, cuento:


Cómo desde fuera no me escucho lo de dentro, ni alcanzo a ver lo que siento. Y me miento si digo que un día lo haré, porque no será cierto. Y cuando oigas que despierto haz como si sonrieras y dime que todo es bello. Dime que soñaste conmigo, y que soy yo, dime que quieres venir a volar conmigo y enseñarme tus manos. Olvídate de los árboles y de las nubes, incluso de pensar, y recuerda lo que un día fuimos y cómo nos reíamos. Y cuando quieras decírmelo no te olvides de recordarme que lo olvide, o mejor aún, olvídalo y piensa en otra cosa porque yo para entonces ya estaré soñando, o mejor dicho, ya habré soñado y ya habré despertado.

Comentarios

  1. ¿Cómo haces para escribir cosas tan hermosas? Felicidades una vez más.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Hazme morir de ti

Presentes compartidos