Respirarte

Admirando de cerca tu inmortalidad que es mi empeño,
con el deleite de tu estridente presente,
sobre mil cargas de mis reliquias,
preguntándole al cristal sobre tu recelo
que yace sobre gotas de promesa.
Y mientras te llamo, no escuchas,
cuando te rabio de poder olerte,
queriendo pasarte para adivinarte,
oírte y respirarte.

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