Despedida

Nos subimos en un coche para escuchar canciones tristes que nos hacían felices mientras hablábamos de sentimientos. Con las puertas abiertas para poder fumar, te dejaste el mechero sobre el sillón y alguna que otra confesión. Y tú no querías no, no querías ni pensar porque la música te hacía disfrutar mientras te dejabas llevar entre el alcohol y algunos acordes, que algunos se paraban a escuchar o a curiosear mientras hablabas de sentimientos y tratabas de cantar. ¿Crees que todo fue real? Y dejaste la cerveza porque no querías no, no querías parar de cantar ni de fumar. Nadie nos quiere, no, decías con los ojos cerrados, sólo estamos nosotros dos, entre miles de canciones que nos parecían perfectas, alejadas de los bares, y tú no querías no, no querías parar de cantar ni de fumar. No te vayas, no, me decías con la puerta abierta para poder fumar mientras hablabas y cantabas. Y tú no querías, no, no querías ni pensar cómo esto iba a acabar mientras la música no paraba de sonar, y yo le repetía que esto se iba a acabar, que algo tan bonito, no podía durar.

Comentarios

  1. y si surgen preguntas pues dejo que surjan....las inmensas preguntas no cesan..y el resultado fue, ya lo ves más o menos como en los erizos :)...

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Hazme morir de ti

Presentes compartidos